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lunes, 9 de junio de 2014

Extractos literarios... #003



Hola a tod@s!

Los que comienzan a familiarizarse con el blog saben que los lunes los suelo dedicar normalmente a la publicación de la “Viñeta de la semana” pero durante estos días he tenido tan presente esta novela que me gustaría compartir el anticipo de unos de los párrafos más terroríficos de la misma. Los que ya la hayan leído sabrán a lo que me refiero y los que no, espero que les anime a comenzar su lectura, aunque a mi me dejaba temblando reconozco que es una de las mejores novelas de terror en general y del autor en particular, en cualquier caso espero que disfruten el extracto…
 
 
 

 
“Y allí estaba, persiguiendo su barco de papel por el lado izquierdo de Witchman Street. Corría deprisa, pero el agua le ganaba y el barquito estaba sacando ventaja. Oyó un rugido y vio cómo cincuenta metros más adelante, colina abajo, el agua de la cuneta se precipitaba en una boca de tormenta que aún continuaba abierta. Era un largo semicírculo abierto en el bordillo de la acera y mientras George miraba, una rama desgarrada, con la corteza oscura y reluciente se hundió en aquellas fauces. Pendió por un momento y luego se deslizó hacia el interior. Hacía allí se encaminaba su barco.
            - ¡Mierda! –chilló horrorizado.
            Forzó el paso y, por un momento, pareció que iba a alcanzarlo. Pero George resbaló y cayó despatarrado con un grito de dolor. Desde su nueva perspectiva, a la altura del pavimento, vio que el barco giraba en redondo dos veces, atrapado en otro remolino, antes de desaparecer.
            -¡Mierda y mierda! –volvió a chillar, golpeando el pavimento con el puño.
            Eso también le dolió, y se echo a sollozar. ¡Qué manera tan estúpida de perder el barco!
            Se dirigió hacia la boca de tormenta y allí se dejo caer de rodillas, para mirar el interior. El agua hacía un ruido hueco al caer en la oscuridad. Ese sonido le dio escalofríos. Hacía pensar en…
-¡Eh! –exclamó de pronto y retrocedió.
            Allí adentro había unos ojos amarillos. Ese tipo de ojos que él siempre imaginaba, sin verlos nunca, en la oscuridad del sótano. <<Es un animal –pensó-; eso es todo: un animal; a lo mejor un gato que quedó atrapado… >>
            De todos modos, estaba por echar a correr a causa del espanto que le produjeron aquellos ojos amarillos y brillantes. Sintió la áspera superficie del pavimento bajo los dedos y el agua fría que corría alrededor. Se vio a sí mismo levantándose y retrocediendo. Y fue entonces cuando una voz, una voz razonable, y bastante simpática, le habló desde dentro de la boca de tormenta:
            -Hola, George.
            George parpadeó y volvió a mirar. Apenas daba crédito a lo que veía; era algo sacado de un cuento o de una película donde uno sabe que los animales hablan y bailan. Si hubiera tenido diez años más, no habría creído en lo que estaba viendo, pero no tenía dieciséis años sino seis.
            En la boca de tormenta había un payaso.”
 
 
 
It (Eso).
(Stephen King)